Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 22 nov (Xinhua) -- Uruguay elegirá el domingo 24 de noviembre en segunda vuelta al sucesor del presidente Luis Lacalle Pou, elección que guarda un resultado impredecible debido a la estrecha diferencia entre el candidato opositor Yamandú Orsi y el oficialista Álvaro Delgado.
"Todas las encuestas muestran un escenario de altísima paridad y en algunos casos la diferencia entra en el margen de error", dijo a Xinhua la politóloga Camila Zeballos.
Como desde hace dos décadas, el balotaje en Uruguay enfrenta dos visiones políticas distintas, una de centro-izquierda del opositor Frente Amplio (FA) que gobernó de 2005 a 2020, y otra de centro-derecha aglutinada en una coalición de partidos gobernante desde 2020 que respalda al Partido Nacional (PN).
La candidatura del FA la representa Orsi y la candidatura de centro-derecha la encabeza Delgado.
"Históricamente, el FA cada vez que se enfrenta a una instancia de segunda vuelta tiende a sumar caudal electoral y la otra fórmula que compite tiende a bajar", planteó Zeballos, docente del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República.
En las elecciones del 27 de octubre pasado, la fórmula Orsi-Carolina Cosse fue la más votada con más del 43 por ciento, lejos del 50 por ciento necesario para evitar el balotaje, mientras que el binomio Delgado-Valeria Ripoll tuvo más del 26 por ciento.
La apuesta de Delgado es captar todo el electorado de los otros aliados de la gobernante Coalición Republicana (CR), que son el Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido Independiente y Partido Constitucional Ambientalista, al superar en conjunto en primera vuelta el 20 por ciento.
"La gran incógnita de la CR es si todos los socios que conforman esa gran coalición logran retener todos los votos", explicó Zeballos.
Las últimas encuestas difundidas el jueves antes del inicio de la veda electoral coincidieron en presentar un escenario de paridad con una ventaja mínima para Orsi, aunque siempre dentro de los márgenes de error.
Inicialmente, los sondeos de intención del voto le daban una ventaja mayor a Orsi, al considerar los antecedentes históricos de los balotajes como favorito, pero Delgado ya redujo en apariencia esa distancia.
Según Zeballos, este fenómeno se explica por el conocimiento de la "etiqueta" CR, la campaña de unidad que realizan sus líderes y la presencia del presidente Lacalle Pou (2020-2025), que en las últimas semanas ha participado casi a diario en inauguraciones de obras de infraestructura.
Orsi, de 57 años de edad, promete un "cambio seguro" que acelere el crecimiento económico con "igualdad", mientras que Delgado con 55 años subraya que el Gobierno de Lacalle Pou revirtió el desempleo y la inflación.
"Ninguno de los dos candidatos son líderes de su partido, ni de su fracción partidaria. Eso es algo que comparten. Pero los dos también comparten haber estado en la gestión (gubernamental)", evaluó la experta.
A sus ojos, "Delgado, secretario de la presidencia en el mandato de Lacalle Pou, tuvo una presencia mediática importante asociada a la gestión de la pandemia", mientras que Orsi como intendente de Canelones, "que es un departamento muy complejo", desplegó una capacidad de negociación a lo largo de los años.
Así que por eso son "candidatos bastante similares", comentó.
De acuerdo con las consultorías, la estimación es que de 2,7 millones de electores uruguayos habilitados para votar, 170.000 todavía son indecisos.
"Son personas que no les interesa la política" y "a ellos hay que llegarles con propuestas extremadamente concretas", dijo la entrevistada, para agregar que por ello "la tienen muy difícil los comandos de campaña".
Los uruguayos aún recuerdan el balotaje de 2019 que marcó el cierre de la era de 15 años de los Gobiernos del FA, en el que Lacalle Pou alcanzó la presidencia por una diferencia de solo 1,5 puntos porcentuales, equivalentes a 37.000 votos, ante el entonces candidato del FA Daniel Martínez.
"Estamos marcados por la incertidumbre", concluyó Zeballos.
